sábado, 19 de noviembre de 2011

Hoja de Vida

Profesión -preguntó la doctora- Al otro lado de la mesa, Martina sentía cómo la transparencia de su rostro hervía y detonaba en un rojo intenso. Por unos segundos, sus pequeños dedos se paralizaron. -Autodidacta- respondió. La doctora frunció el seño. ¿Experiencia? Martina se mantuvo en silencio. Lo único que se escuchó por unos segundos fue el ruido del aguacero que caía en Quito. -Por lo que veo usted nunca ha estado en una tormenta, en una granizada, o en  una lluvia cualquiera, de esas que abundan en la ciudad-. Martina no soportó más, se levantó y salió corriendo. Desde ese día, odia las entrevistas de trabajo. Tiene claro que para una gota que ha dedicado su vida al estudio del diluvio universal y a la lectura de los cuentos de Cortázar, será siempre complicado tener la oportunidad de convertirse en ¡plaf!, en nada…

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